València Capital Mundial del Diseño y su impacto en la economía valenciana
València Capital Mundial del Diseño 2022 es un
motor dinamizador en una ciudad que tiene mucho más que ofrecer en materia de diseño de lo que
se conoce actualmente ¿Pero esto se puede trasladar a términos económicos?
Hay mucho que ofrecer desde el diseño porque
el buen diseño no está ubicado con la importancia
que tiene en nuestras vidas, y como repercusión, en
nuestra sociedad y en términos económicos. El diseño es una herramienta fundamental para mejorar a
las empresas, y por tanto su implicación económica
es directa.
Y por suerte desde hace poco tenemos cuantificado este impacto. El informe 'La Economía del Diseño
en la Comunitat Valenciana' publicado en 2019 por
la Agencia Valenciana de la Innovación con la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana
detalla que el diseño aporta 3.762 millones de euros
a la economía de la Comunitat Valenciana, dato que
supone un 2,1% de la cifra de negocio. Es decir, se
trata de un sector relevante en la estructura productiva regional y uno de sus más potentes aliados en
el proceso de reformular el tejido productivo de la
Comunitat Valenciana.
Contamos también con datos de hace un par de
años de otro estudio, 'La contribución económica
de los sectores intensivos en diseño de la Comunitat Valenciana', de IVIE y Generalitat Valenciana, que
destaca que el impacto económico del diseño en la
Comunitat Valenciana es muy superior a la media
nacional, suponiendo un 13,4% del PIB, y las empresas valencianas intensivas en diseño en comparación con las que no lo son resultan ser un 29% más
productivas, un 19% más rentables y son el triple de
exportadoras. Además facturan un 66% más y generan un 8,5% más de empleo. Esta cuantificación es
demoledora para entender el peso del sector, o más
bien, el peso del buen diseño.
En cuanto al impacto de la propia Capital Mundial del Diseño, lo sabremos en 2023 ya que al igual
que el resto de capitales mundiales del diseño, la
World Design Organization nos anima a realizar un
estudio de impacto que sea capaz de medir la repercusión económica y social del evento, algo en lo
que estamos ya trabajando con la Unidad de Investigación en Economía de la Cultura de la Universitat de València (Econcult) apoyados también por el
barómetro municipal que realiza trimestralmente el
Ayuntamiento de València. Lo importante es que durante estos años, desde que en septiembre de 2019
nos designaron Capital Mundial del Diseño, no hemos cesado en activar proyectos, iniciativas, apoyar
actividades y generar una didáctica del diseño que
nos está permitiendo llegar a 2022 con un tejido social concienciado en la importancia del diseño.
La capitalidad se ha tenido que enfrentar a una
pandemia mundial ¿Esto ha provocado que se hayan quedado proyectos por el camino? ¿Se han reenfocado?
Sin duda a nivel de patrocinios privados ha ralentizado su entrada puesto que vivíamos un momento
de crisis e incertidumbre general no propicio para
proyectos de este tipo, y a menor financiación, menor
cantidad de acciones a activar, pero incluso ramos la pandemia mundial como uno de los proyectos a los que aplicar el diseño y creamos una plataforma (Esto Pasará) donde proponíamos cómo el diseño
podía mejorar nuestras vidas en confinamiento, y por
otro lado comenzamos a poner en marcha toda la
parte más institucional de la Capitalidad, que no dependía de realización de acciones con presupuestos
propios. Digamos que supimos modular y reescalar
un proyecto de internacionalización adaptándonos a
los cambios sociales que se han ido produciendo.
¿Cómo ha respondido el sector privado y público
ante el nombramiento de Valencia como World Design Capital? ¿Han recibido apoyo económico y de
patrocinio?
En todos los sectores hemos sentido un apoyo e
ilusión sin precedentes, incluso en la sociedad civil,
lo que creó una fuerza e inercia que era imparable.
Digamos que hubiésemos sido designados como Capital Mundial del Diseño o no, habríamos tenido que
crear un año del diseño, era imparable.
A nivel público, diría que todas las instituciones valencianas quieren saber qué les puede aportar no la
Capitalidad, sino el diseño en sí, y en este sentido somos una especie de interlocutor con la Administración,
una entidad en diseño. Hemos creado la Fundació del
Disseny de la Comunitat Valenciana con el objetivo
de fomentar y promocionar el diseño canalizando el
legado de València Capital Mundial del Diseño 2022,
y esto nos ha permitido comenzar a esbozar proyectos muy ambiciosos donde el diseño está en el centro
desde todo el territorio valenciano. Contamos además
con el gran soporte de Ajuntament de València y de
la Generalitat Valenciana mediante IVACE y la Conselleria de Economía Sostenible, con subvención para la
organización de 2020 y 2021, y la ejecución de 2022.
A nivel privado, y como comentaba antes, la incertidumbre ha jugado un papel clave durante meses,
con lo que no ha sido sencillo alcanzar las expectativas de patrocinio privado que teníamos antes de
la pandemia. Sin embargo, esa tendencia está cambiando y sí hemos sentido el deseo de aportar y participar de cientos de ellas. Ahora, en los últimos meses
antes de 2022, es cuando se ha reactivado una situación que nos permitirá expandir el programa que ya
teníamos planificado, y es que la Capitalidad es una
gran oportunidad para las empresas.
La WDCV actúa como un dinamizador cultural
y económico. ¿Se está notando ya una tendencia al
alza en las diferentes parcelas del diseño?
El diseño es un catalizador, y por consecuencia lo
es esta Capitalidad, que es cultura y es industria. Además coincide con unos años en los que València está
despuntando como una gran ciudad destino ya no
sólo a nivel turístico sino profesional, donde el diseño va a tener mucho peso facilitando que empresas
extranjeras hayan puesto su mirada en València para
desarrollar equipos creativos.
Hagamos balance ¿En qué somos más competitivos? ¿Cuál es la parcela del diseño en la que estamos mejor posicionados?
El desarrollo de la profesión del diseño en la Comunitat Valenciana está fuertemente ligado a la industria
de aquí. Por eso el diseño gráfico por toda la industria
de la imprenta, o el de producto y mueble, calzado,
cerámica o textil, son claves, lo que se debe también
a una formación especializada desde escuelas y universidades públicas y privadas que a lo largo de toda
la Comunitat llevan décadas formando algunas de las
mejores generaciones del panorama nacional.
Las nuevas tecnologías y la docencia especializada crearon los últimos años perfiles muy interesantes centrados en el diseño de servicios o de interfaz,
productos digitales en los que también se ha posicionado rápidamente el diseño valenciano a nivel internacional.
Señalan que han activado 65 proyectos profesionales ¿A qué sectores afectan?
Han sido muy variados y muchos tenían que ver
con la puesta en valor del patrimonio valenciano: la
cerámica de Nolla, la cerámica en general, los rótulos comerciales, las Fallas... pero esos son tal vez los
más visibles. También hemos hecho el primer curso
de innovación y diseño que ahora llevará a cabo una
segunda edición. Hemos creado una guía de contratación de diseño con la Asociación de Diseñadores de
la Comunitat Valenciana. O dos proyectos donde el
diseño y la inclusión son las claves: como Trampolín
o Lo Por Venir con Idecart. La llamada a proyectos era
la manera de detectar necesidades y activar un tejido
productivo en la Comunitat Valenciana que nos ha
permitido desarrollar e impulsar proyectos de muy
distinta naturaleza que esperamos que puedan perdurar más allá de 2022.