"Situar a Valencia en el TOP 10 de ciudades tecnológicas europeas en cinco años es un objetivo ambicioso pero realista"

10 junio 2019 Artículos

Javier Mateo, subdirector de emprendimiento en Valencia Activa

¿Es Valencia Tech City el proyecto estrella de València Activa?

No lo definiría exactamente como el proyecto estrella. El objetivo de València Activa es impulsar y coordinar las políticas de empleo y desarrollo económico en la ciudad y Valencia Tech City se inscribe dentro de esa estrategia. Podemos decir que es una herramienta para generar el empleo del futuro, que es donde nos queremos situar, y que puede suponer una de las mayores vías de crecimiento para la ciudad. Pero, dentro de este mismo objetivo, València Activa está trabajando en diferentes proyectos articulados en torno a tres áreas: Empleo, Emprendimiento y Formación. 

¿Qué otros proyectos se han puesto en marcha o se han planificado?

Este mismo año hemos lanzado una línea para luchar contra la brecha salarial de género en el entorno laboral, "Treballem Iguals", en la que hemos diseñado una serie de herramientas, actividades de formación y eventos para los diferentes perfiles de mujeres con los que trabajamos, desde aquellas que se encuentran en riesgo de exclusión hasta las que se encuentran en posiciones directivas pero se enfrentan a techos de cristal. También, como no puede ser de otro modo, tenemos un espacio propio para las mujeres emprendedoras a través de paquetes formativos y de orientación específicos para aquellas profesionales que quieran impulsar su propio negocio. Podemos definirla como la primera agencia en España que tiene como objetivo principal luchar contra la desigualdad laboral

¿Qué opina de las voces que señalan que vivimos una burbuja de start ups y que la mayoría de ellas fracasan al poco tiempo?

En el mundo de los negocios, no sólo en las start ups, es normal que muchos proyectos no lleguen a los cinco años de vida. Las empresas nacen y mueren constantemente. Sí que es cierto que en el caso de las start ups que cuentan con una escalabilidad alta y un gran foco en la innovación, es normal que en los primeros años tengan muchas dificultades para generar caja y se sostengan fundamentalmente con aportaciones personales. Suelen ser negocios muy nuevos para los que el mercado no está preparado o pueden enfrentarse a dificultades como un consumidor que aún no está maduro, un competidor que ya te ha superado y, en ocasiones, a la propia mala planificación. También es cierto que algunas de estas start ups no tienen entre sus objetivos una permanencia en el tiempo sino un crecimiento muy rápido. Sin embargo, no creo que podamos hablar de una "burbuja" como tal.

Usted realizó un programa en el MIT (Massachussets Institute of Technology): ¿Nos queda mucho para alcanzar a Estados Unidos en el ámbito del emprendimiento y los nuevos modelos de negocio?

Hablamos de modelos muy distintos. Incluso dentro de Estados Unidos hay muchas diferencias entre la costa oeste, muy vinculada al modelo de Sillicon Valley, y la costa este, donde situaríamos, por ejemplo, a Boston, en este caso. Creo que estamos aún a años luz de ambos modelos. Valencia se encuentra en un estado de maduración temprana. Sí que es verdad que tenemos unos mimbres muy importantes para ser referentes internacionales en este sector pero queda aún mucho por hacer. En Sillicon Valley, que mencionaba antes, se lleva trabajando cuarenta años en este ámbito. Nosotros estamos creando ahora nuestro propio relato.

¿Cuáles considera que son las principales ciudades referentes en las que se inspira València Activa?

Queremos inspirarnos en lo bueno que han hecho otras ciudades y países para crear nuestro propio modelo de crecimiento en Valencia pero también aprender de sus errores. A nivel nacional, podríamos decir que Barcelona lleva más de quince años trabajando en este ámbito. Ellos están más adelantados, pero nosotros tenemos que evitar repetir los errores en los que han incurrido e intentar mejorar las cosas buenas que han hecho, de acuerdo a nuestra propia idiosincrasia. Debemos explotar nuestros propios valores como son la calidad de vida, el talento o el coste de oportunidad pero la colaboración es también importante. De hecho, participamos en programas europeos donde intercambiamos buenas prácticas como una red de start ups cities de la Comisión Europea, en la que Valencia va a liderar las cuestiones relativas a energías renovables y cambio climático.

Valencia continúa teniendo una cierta imagen de modelo de empresa tradicional y resistente al cambio. ¿Qué se puede hacer para combatirla?

Creo que esa imagen sigue correspondiéndose con la realidad y es una barrera que tenemos que superar. Afortunadamente, muchas empresas se están abriendo ya al cambio. Hace diez años, cuando se empezaba a hablar de temas como digitalización, gestión en tiempo real, start ups, era difícil que te escucharan. Ahora son las propias empresas las que muestran interés y te llaman porque quieren que la innovación entre en la compañía, incluso en sectores muy tradicionales.

Recientemente en Forinvest afirmó que el objetivo es situar a Valencia en cinco años en el top 10 de ciudades tecnológicas. ¿Qué acciones se van a llevar a cabo para conseguirlo?

Poder situar a Valencia en el top 10 europeo de ciudades tecnológicas en ese plazo de tiempo, es perfectamente realista si trabajamos mano a mano todas las entidades que colaboramos en Valencia Tech City y las que están por entrar. Creo que es un objetivo, al tiempo, realista y ambicioso. Dentro de cinco años, si lo hemos conseguido, volveremos a reformular la meta. En cuanto a las acciones que vamos a realizar, es lo que estamos definiendo ahora en los grupos de trabajo. Dentro del plan estratégico, hemos marcado unas líneas de trabajo para que cada persona o entidad aporte lo mejor de sí mismo.

El COEV participa como miembro fundador de VLC Tech City. ¿Qué aportan los colegios profesionales a esta plataforma?

Aportan muchas cosas: contactos, profesionales, talento, ganas de trabajar... Hay muchas ocasiones en las que son las mismas entidades e instituciones las que acaban participando en este tipo de iniciativas y otras, que tienen mucho que aportar, como los colegios profesionales, no entran y perdemos el caudal de conocimiento que supone el acceso a una serie de profesionales que tienen mucho que aportar. Estamos tratando de diseñar un modelo para la ciudad para la nueva economía, por lo que es indispensable contar con una entidad como el COEV, y así con otros colegios profesionales. Además, no conviene olvidar que pueden cumplir otra función. Un gran número de profesionales desarrolla su trabajo en el exterior, ya sea en grandes compañías o de modo autónomo, y pueden convertirse en los mejores embajadores de Valencia.