Los fraudes empresariales aumentan con el desarrollo de las TIC

15 diciembre 2020 Artículos
La mejora en la utilización y manejo de estas herramientas por parte de los atacantes está perjudicando la seguridad de la información de las empresas

El pasado lunes 16 de noviembre se realizó en el COEV un nuevo Foro de Dirección de Empresas en el que se abordó la cuestión de los nuevos fraudes que amenazan a los activos de las compañías, prestando especial atención a la comprensión de porqué están sucediendo estas problemáticas y qué formas existen para prevenirlas.

Para ello, se contó con la presencia de José Luis Albert, miembro de la Comisión de Coyuntura Económica y con Santiago Ros Muñoz, miembro de la Comisión de Dirección y Gestión de Empresas que asumió el papel de coordinador de la sesión.

En primer lugar y para contextualizar, se hizo un repaso por los fraudes que han tenido mayor repercusión mediática en España, como el caso de Banesto, Astroc y Rumasa y Nueva Rumasa entre otros. Además, Albert realizó una clasificación de los nuevos fraudes que pueden amenazar a las empresas, instituciones y particulares en la actualidad. La suplantación de identidad, el robo de contraseñas e información bancaria, las amenazas a los sistemas informáticos de la empresa, los sabotajes informáticos, la piratería y la revelación de información confidencial son los delitos a los que se están viendo expuestos las empresas a día de hoy.

El factor denominador que comparten estas infracciones es la mejora en el uso y manejo de las TIC. El desarrollo de nuevas herramientas tecnológicas, su capacidad y utilización generalizada, ha desarrollado las condiciones perfectas para acometer estos actos ilícitos y delictivos con mayor facilidad.

Como aspecto práctico importante, los asistentes destacaron el crecimiento actual que se está produciendo del uso del phishing, una técnica fraudulenta que consiste en el envío de correos electrónicos para introducir virus en los ordenadores de los usuarios. La apertura de los correos se consigue mediante el engaño, dado que la dirección de e-mail es aparentemente de una empresa o servicio de confianza que ofrece al individuo información falsa. Esta práctica ha afectado de manera notable a la seguridad de las empresas, debido a la estafa a los empleados que ha repercutido de manera directa en el mecanismo empresarial.

Para combatir este fraude, los ponentes expusieron una serie de medidas protectoras que las empresas deben adoptar con rigor y exactitud, como dar una buena formación a los empleados, proteger, revisar y actualizar los sistemas informáticos, realizar copias de seguridad, adquirir antivirus de buena calidad y controlar el uso tanto de las tarjetas de crédito como de las cuentas bancarias de la empresa.

A modo de conclusión, los ponentes expusieron que la base de la prevención se encuentra sobre todo en el ámbito personal de una compañía. Las empresas deben conocer y analizar el clima social interno de sus trabajadores con el fin de conocer si algún empleado tiene problemas personales o descontentos que puedan hacerles cometer infracciones. Esto es una tarea de la Dirección General, la cual es responsable última y debe asumir la titularidad del sistema de control interno.