La gran fortuna del fútbol, ¿cómo sacan partido de ella?

02 junio 2021 Artículos
Marta Peiró Coordinadora del Grupo de Trabajo de Economía del Deporte del Colegio

El fútbol, con o sin pandemia, siempre será una burbuja. Tras la brutal crisis económica derivada del COVID-19, en la que los ingresos combinados del mundo del fútbol europeo cayeron en la temporada 2019-2020 en torno a los 5.000 millones de euros (ingresos por partidos, derechos audiovisuales y patrocinios), ha forzado a que en el 2021 los clubes tengan de buscar nuevas vías de negocio y de ingresos, tales como los namings rights, empresa de capital riesgo, familys offices o inversores institucionales, así como nuevas oportunidades de negocios que ofrecen la digitalización y la tecnología.

A partir del 2000 se empezó a repetir un patrón donde los clubes comenzaron a tener deudas millonarias casi imposibles de saldar, en 2011 la UEFA tuvo que incorporar normativas de control financiero FFP para controlar y limitar el gasto de los equipos en función de sus ingresos. Debido a la situación vivida actualmente (podemos añadir aparte del COVID la ya fracasada Superliga) la UEFA está estudiando cambios importantes en su normativa de control financiero, donde se está discutiendo revertir estas medidas y que vayan encaminadas a que los clubes tengan más flexibilidad. Una frase de Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA, llamaba la atención: «Debemos adaptar el 'fair play' financiero a las nuevas necesidades y proteger a quienes están invirtiendo en clubes, corrigiendo algunas de las injusticias que el FPP puede haber traído en algunas circunstancias. Lo haremos. Saldremos más fuertes de todo esto».

Lo que parece claro es que este tipo de reforma beneficiaría a aquellos clubes, que o bien se han bajado rápido del proyecto de la Superliga, como el caso del Manchester City o Chelsea o que se han mantenido al margen como el Paris Saint- Germain, clubes que además están en manos de grandes fortunas. Como en el caso del Manchester City, un grupo inversor de los Emiratos Árabes que ha invertido 1.014 millones en fichajes en la última década y que lo ha convertido en el equipo que más dinero ha gastado de la escena internacional.

El problema del 'fair play' financiero ya salpicó al City, al que la UEFA castigó sin participar en competición europea durante las temporadas 2020- 21 y 2021-22. En el caso del Chelsea, en manos de Román Abramóvich - el todopoderoso magnate ruso que ha gastado más de 1.700 millones de euros en fichajes - ha podido mantener el equilibrio financiero, dado que antes de la llegada de la pandemia vendió por cantidades importantes algunos fichajes.

La reforma del 'fair play' financiero permitirá que estos equipos, en manos de grandes fortunas, puedan gastar sin control y continuar rompiendo así la gran brecha económica que existe entre los clubes, la cual ha aumentado de forma considerable en época de pandemia.

No dejan de suceder cambios también a nivel fiscal, que podrían hacer más atractivo un destino u otro para un futbolista en función del régimen fiscal implantado en dicho país. En España se aprobó un régimen especial de tributación a través del Real Decreto 687/2005, conocido como 'Ley Beckham', destinado a estimular la economía española al facilitar la entrada de directivos y profesionales cualificados ofreciéndoles ventajas fiscales. Unas ventajas de las que se beneficiaron en su día los futbolistas profesionales, pero que ya no están en vigor. La 'Ley Beckham' italiana; el decreto Crescita, sale adelante permitiendo a los futbolistas beneficiarse de un régimen tributario más favorable. Representa un gran incentivo fiscal, con impuestos reducidos a la mitad, para la captación de talento procedente de otras ligas. El Decreto permitirá a los clubes deportivos, especialmente al fútbol, aprovechar un régimen fiscal subvencionado que reduce a la mitad la tributación para los futbolistas impatriados sin residencia fiscal en Italia en los dos años anteriores y que la mantuvieron durante al menos los dos años siguientes, como se preveía en Decreto Crescita de 2019.

Portugal creó hace unos años la figura de "residente no habitual" para atraer nuevos contribuyentes: en la legislación se hablaba de científicos, artistas, ingenieros, arquitectos, médicos, directivos... Las principales ventajas son: cero impuestos para los ingresos que se generen fuera de Portugal. Un tipo fijo del 20% en su declaración de la renta para los ingresos generados en Portugal. No hay impuesto de patrimonio, ni de sucesiones y tampoco de donaciones. Este régimen especial se aplicaría durante 10 años.

Iker Casillas, por ejemplo, exjugador del Oporto, no pudo disfrutar de estos beneficios fiscales porque ser futbolista no figuraba en la lista de profesiones que planteó el gobierno portugués en su día para acogerse al régimen de «residente no habitual». No obstante, el gobierno Portugués, está estudiando incluir a dichos profesionales en dicho régimen o implementar ciertos beneficios fiscales que sean beneficiosos para los mismos.