50 años en constante evolución

22 julio 2022 Artículos

A lo largo de 50 años, la sociedad ha evolucionado y se ha transformado de una manera constante, y en ese entorno cambiante, el Colegio de Economistas de Valencia ha sabido adaptarse y evolucionar, consolidándose y convirtiéndose en una entidad de referencia.

El Colegio de Economistas de Valencia ha ido construyéndose gracias a los colegiados y el personal de esta entidad, guiados por los 12 economistas que han ostentado el honor de ser Decanos del COEV y que han asegurado los cimientos de un Colegio que sigue creciendo. Decanos como Luis Navarro Olivares (1971-75), José Luis Prados del Valle (1975-77), Víctor Pons Senent (1977-78), José Luis Ballester Barrera (1978-84), José María Gil Suay (1984-88), Rafael Olcina Reig (1988-96), José Antonio Ortega Bonilla (1996-00), Fernando Mª Zárraga Quintana (2000-04), Joaquín Antonio Rodrigo García (2004-08), Leopoldo Pons Albentosa (2008-12), Juan Manuel Pérez Mira (2012-16) y Juan José Enríquez Barbé (2016- actualidad).

A través de cinco décadas, el COEV ha ofrecido respuestas a las necesidades de sus colegiados, asesorándolos y formándolos, incorporando cada vez más servicios y ofreciendo conferencias y jornadas con profesionales de primera línea con los que intercambiar experiencias con el objetivo de generar colegiados preparados para cualquier reto profesional.

Los economistas han ido cobrando cada vez más importancia, porque la sociedad en su conjunto, ha comprobado que estos profesionales son clave en numerosas entidades públicas y privadas, que su asesoramiento es clave en la gestión y toma de decisiones, y que las nuevas realidades empresariales necesitan cada vez más del análisis y la dirección de un economista. De igual modo, los economistas se han convertido en un referente para entender la evolución de la sociedad, de manera que entidades de diversa índole y medios de comunicación recurren a ellos para poder comprenderla.

Los retos a los que se enfrentará la sociedad en su conjunto son muchos, pero en todos ellos la figura del economista seguirá siendo clave.

Uno de los momentos más entrañables del Acto fue el homenaje que rinde el Colegio a los colegiados que cumplen 50 años de colegiación y a los que se les entregó una Mención Honorifica y una insignia en reconocimiento a su fidelidad al Colegio.

En esta ocasión doce eran los economistas que cumplían 50 años de pertenencia a la corporación: Francisco José Martínez de Castellvi, Joaquín Juste Arguix, María Paz Jordá Durá, Luis Aznar Garrigues, Víctor Fuentes Prosper, Fidel García-Guzmán Mañez, Francisco Ríos García, Fernando Blat Llorens, Abraham Martínez Berges, Pedro Miguel Pérez Lerín, Vicente Manuel Bernabeu y Alfredo Roca Ferrer.

Los reconocimientos a los asistentes a la ceremonia fueron entregados por el decano del Colegio, Juan José Enríquez, el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich y el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Arcadi España.

Entorno Economistes ha entrevistado a algunos de ellos y se recoge a continuación sus reflexiones a las tres preguntas planteadas.
1. ¿Cómo ha cambiado el desempeño profesional de los economistas en estos 50 años?
2. ¿Qué percepción se tenía de los economistas hace 50 años en la sociedad y en las empresas?
3. ¿Cómo ha seguido la evolución del Colegio desde que se colegió hasta este 50 aniversario?

Francisco José Martínez De Castellví. Colegiado desde el 28 de octubre de 1970. Número de colegiado 75. Fue miembro de la primera Junta de Gobierno del Colegio de Economistas de Valencia con el decano José Luis Ballester, donde ejerció como contador-bibliotecario del 29 de mayo de 1978 al 14 de diciembre de 1982. Nombró al primer gerente del COEV, Víctor Gómez-Senent y formó parte de la Junta de Gobierno del Colegio de Economistas de España. Su trayectoria laboral se desarrolló en el mundo de la empresa, de hecho, ocupó el cargo de director general en varias de ellas.

Se recoge a continuación su respuesta a las tres preguntas:

1. Ha cambiado totalmente porque cuando yo estudiaba economía era para ser contable o en el caso de ser empresario, para tener una visión detallada de cada parcela del funcionamiento empresarial del negocio. Luego cuando las leyes sobre auditoria comenzaron a cobrar relevancia, los economistas empezaron a reivindicar su papel. Esto me recuerda una frase de un profesor mío, José Luis Sampedro que decía que «la economía es una ventana abierta a la realidad», porque en realidad se trata de una ciencia social.

2. Siempre se tuvo una percepción muy teórica de la economía. De hecho se solía dividir en empresas, general y seguros. Normalmente se hablaba de política general en lugar de política de empresas.

3. Para alguien como yo que tuvo la fortuna de ser uno de los que impulsó la creación del Colegio de Economistas ver en lo que se ha convertido es una gran satisfacción, porque ha tenido una evolución fantástica. Ahora se imparten numerosos cursos y másteres y siempre está en constante evolución. El cambio que ha pegado desde que estaba en la Facultad de Económicas, pasando por la calle Colón y hasta ahora ha sido bárbaro. Me siento muy orgulloso de pertenecer al Colegio y de ver lo que logra año tras año.

Joaquín Juste Arguix. Colegiado desde el 14 de enero de 1972. Número de Colegiado 83. Economista dedicado al mundo de la empresa. Ha desarrollado su trayectoria laboral en el sector, servicios, comercio e industria a lo largo de 40 años.

Se recoge a continuación su respuesta a las tres preguntas:

1. Dentro de los sectores en los que he trabajado he tenido que estar siempre luchando a favor de la empresa y el empresario, sabiendo que aún quedaba mucho por avanzar, porque intentaba poner en marcha iniciativas o cursos y costaba mucho porque ni el empresario entendía la importancia que tenía ni los trabajadores tampoco. Cursos por ejemplo de prevención de incendios o de socorrismo. No obstante, poco a poco esto fue cambiando y los empresarios fueron conscientes de que había que reformarse.

2. Cuando yo empecé mi padre me preguntaba que para qué iba a la empresa y esto era porque no era una profesión bien considerada, sin embargo ahora sí lo es. Se ha trabajado mucho en la educación social de esta profesión y eso se nota mucho. Hoy en día, afortunadamente, los economistas tienen muchas vertientes en las que desarrollarse profesionalmente, muchas ramas en las que aportar sus conocimientos y eso demuestra el papel crucial que tienen en nuestra sociedad.

3. Como soy de los primeros colegiados he visto la evolución tan positiva que ha tenido, aunque yo lo he utilizado poco porque he trabajado durante varias temporadas fuera de Valencia y no tuve la oportunidad, pero si que acudí al Colegio en alguna que otra ocasión para formarme o para hacer uso del servicio de empleo. Ha mejorado mucho a lo largo de los años y se ha convertido en todo un referente.

Víctor Fuentes Prosper. Colegiado el 4 de febrero de 1972. Número de colegiado 105. Fue vocal 6º de la Junta de Gobierno del COEV de 1978 a 1982. Pertenece a la primera promoción de la Facultad de Economía y desde que se licenció estuvo ligado al mundo de la enseñanza, primero como profesor ayudante en el Departamento de Política Económica de la Facultad y posteriormente como investigador en el departamento de Economía Aplicada y como profesor titular. Además ha ocupado puestos de responsabilidad en distintos ámbitos relacionados con el Ministerio de Hacienda concretamente en el Centro de Gestión Catastral, Consejo Superior de Valores Inmobiliarios, fue miembro del Consejo de Administración de la Caixa de Torrent, diputado autonómico en las Cortes Valencianas desde 1983 hasta 1999 y miembro del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Picanya, desde las primeras elecciones locales democráticas de 1979 hasta el año 1995.

Se recoge a continuación su respuesta a las tres preguntas:

1. Por lo que uno ha vivido, y visto, a lo largo de estos años desde un puesto especial (el observatorio como docente) y a la vez por el contacto con la realidad económica y las investigaciones sobre la misma, yo diría que ha seguido los pasos y el rumbo de la evolución de la propia área y ciencia en el ámbito mundial. Es decir, una profesión cada vez más abierta a una economía global, lo que ha conllevado una especialización inevitable en muchas sub-áreas, pero sin olvidar la perspectiva macro y panorámica, que responde al dicho:» un economista no tiene que saberlo todo, pero no puede ignorar nada». Y todo ello ha obligado a un mayor grado de conexión con otros campos del saber y profesionales. Es decir la incorporación del economista a equipos multidisciplinarios, que le han dado más presencia en la sociedad.

2. Hace  50 años, es cierto, que no «nacieron» los economistas, pero si me atrevo a decir que aquí aún tenían el aspecto de «rara avis». Era una profesión en pleno proceso de ubicación en la sociedad y en el ámbito de la actividad económica privada y en parte pública. No olvidemos el papel, entonces, y ahora, de la grandísima mayoría de microempresas en todo este proceso. También creo que jugaron un papel las multinacionales que entraban en España. El economista, como profesional, «creaba» su propio campo de trabajo, incorporaba sus específicos «útiles» de trabajo, y ahí la Facultad era una ayuda inestimable. Hoy en día ya es una profesión consolidada.

3. En una primera etapa (1971-83) con un gran interés  y participación en la creación de una «nueva» institución más ligada a la sociedad, que a su vez, vivía en pleno proceso de transición hacia la democracia. Y desde una Facultad que también desempeñó su papel-guía, en parte, en esos momentos. En la siguiente etapa, 1983- 2005, viví la evolución del Colegio desde una posición más alejada. Mi doble actividad, docente y de responsabilidades públicas, me llevaba a esa situación. En fin, en los últimos años, cercanos y post-jubilación, la óptica cambia y «ley de vida», el interés se centra en la esfera más personal y familiar. Pero sin dejar en el olvido a la profesión ni al Colegio. Para terminar, y por deformación profesional, citaré a John Maynard Keynes, lord Keynes, (yo añado, el Grande), quien en el Prefacio de su primera edición (fecha 13 de diciembre de 1935), decía en su primer párrafo: «Dirijo este libro especialmente a mis colegas economistas, aunque espero que sea comprensible para quienes no lo son». Y concluyo con esta frase: «La dificultad reside no en las ideas nuevas, sino en rehuir las viejas que entran rondando hasta el último pliegue del entendimiento de quienes se han educado en ella, como la mayoría de nosotros».

Fernando Blat Llorens. Colegiado desde el 22 de septiembre de 1972. Número de colegiado 134. Su trayectoria profesional está vinculada a los Altos Hornos del Mediterráneo. Formó parte del proyecto de la 4ª planta y ejerció labores de finanzas y contabilidad.

Se recoge a continuación su respuesta a las tres preguntas:

1. Como he trabajado en una empresa que ha sido privada y después pública de titularidad privada, no tengo un conocimiento muy exhaustivo tal y como se entendería desde el COEV. Dado que mi desempeño laboral estuvo más ligado a la empresa y sus directrices no tuve una visión global de la profesión porque en mi empresa teníamos unas criterios concretos. No obstante he de reconocer, que nuestra profesión ha ido cobrando fuerza en el mundo de la pequeña y mediana empresa de una manera progresiva.

2. Cuando yo empecé los economistas se consideraban administrativos, pero poco a poco fue evolucionando. De hecho, cuando yo pasé a gestionar el control presupuestario de las inversiones ya fui consciente de que las cosas estaban cambiando. Posteriormente, cuando asumí la auditoria y el control laboral de la empresa se estaba produciendo una mayor regulación de los procesos y de la profesión en su conjunto, porque nosotros fuimos evolucionando con la propia profesión y la figura del economista se hizo indispensable en todo tipo de empresas desde Pymes hasta grandes corporaciones.

3. Lo cierto es que como en la empresa tenía directrices muy marcadas, he recurrido poco al COEV, pero he colaborado cuando he podido porque realiza una labor encomiable a través de los cursos e iniciativas que realiza, sobre todo en el área de finanzas y hacienda que son las que a mí siempre me han interesado más.

Pedro Miguel Pérez Lerín. Colegiado desde 30 de octubre de 1972. Número de colegiado 140. Ejerció toda su actividad profesional en el mundo de la empresa, concretamente en la compañía Petróleos del Mediterráneo, la refinería de hidrocarburos en Castellón, empresa adquirida por la multinacional BP p.l.c. en los años noventa. Además se licenció en Derecho y desarrollaba su trabajo en el área fiscal, reforzando así mi formación económico-financiera con la jurídica, lo que ensanchó su campo de acción profesional.

Se recoge a continuación su respuesta a las tres preguntas:

1. El origen del cambio ha estado en un desarrollo tecnológico continuado que ha necesitado la aportación del conocimiento y especialización de profesionales expertos en el campo financiero, contable y tributario para que aquellos cambios fueran efectivos. Empezamos nuestro camino profesional cuando no había ordenadores ni se conocía internet y, por no haber, ni siquiera se había publicado el PGC. El cambio ha consistido en una constante adaptación a las nuevas tecnologías y, en colaboración con otros profesionales, hemos participado en la creación de herramientas y técnicas de organización para mejorar la gestión empresarial.

2. En el mundo de la empresa los economistas fuimos inicialmente partícipes y colaboradores del trabajo que venían haciendo otros profesionales, algo entendible porque existen desarrollos que exigen una participación interdisciplinar. Más tarde, la creciente evolución del sistema financiero, la modernización del tributario, muy anticuado hasta los 80, o el tecnológico que parece no tener límites, así como la creciente interdependencia entre la macro y la microeconomía, han agrandado el espacio propio de nuestra profesión, al tiempo que han exigido una formación muy especializada y que ha abierto un abanico amplio de actividades en las que ejercer una profesión claramente definida y diferenciada de otras.

3. El Colegio siempre ha sido un referente en mi vida profesional, porque el estatus de colegiado era garantía de mi profesión. Diría que estar colegiado aportaba una credencial, la primera y punto de partida para después ofrecer la aportación personal y profesional. Al coincidir la creación del Colegio con el inicio de mi carrera profesional, no existía en aquellos años la labor de formación que desarrolla en la actualidad, pero sí recurrí más de una vez, al principio, recabando información en la búsqueda de alguna oferta laboral que mejorara el empleo que entonces tenía. Ahora compruebo que el Colegio lleva a cabo una actividad permanente y amplísima de formación de los colegiados, acorde con esa idea que he expuesto antes de la diversidad de especializaciones que puede atender nuestra profesión. Ese es el camino.

Alfredo Roca Ferrer. Colegiado el 1 de marzo de 1970. Número de colegiado 437. Su primer trabajo fue como assistant en la ya desaparecida Arthur Andersen, posteriormente ejerció como economista en los Servicios de Estudios Económicos de Telefónica y corredor del Comercio Colegiado. Además está licenciado en Derecho.

Se recoge a continuación su respuesta a las tres preguntas:

1. Se ha profesionalizado en el sentido de que sus competencias tanto a nivel empresarial como de asesoramiento están hoy día muy claras

2. Hace 50 años su papel, cuando menos, era difuso. Era, si no un bicho raro si alguien de quien no se sabía muy bien lo que hacía. Parecía que sólo se trataba de hablar de dinero y de cuentas, porque los economistas en el sentido estricto se circunscribían a las grandes empresas y en la Administración Pública. En las pequeñas y medianas empresas creían que su competencia propia era la contabilidad que también ejercían los Profesores Mercantiles. En la sociedad civil se pensaba que era algo exclusivo de la Administración del Estado o de los Bancos.

3. Al empezar mi ejercicio profesional, en 1969, no existía todavía el Colegio de Valencia, solo el Colegio de Economistas de España. La delegación de Madrid, en la que me colegié, se convirtió, con la incorporación de los recién licenciados, en una punta de lanza de la lucha democrática contra la dictadura. No había tantos servicios colegiales como ahora. Sólo ejercí como economista hasta 1981 en que aprobé la oposición de Corredor de Comercio Colegiado.